CRÍTICA 3.0
¡¡ Buenas a todos y a todas !! Esta semana soy de nuevo la crítica, un rol que desempeño por tercera vez, he decidido hablar de algo muy inusual y son los ataques de pánico y la incomprensión social.
Los ataques de pánico se caracterizan por temor a los desastres o miedo a perder el control, incluso cuando no hay peligro real. Las personas con trastornos de pánico tienen ataques repentinos y repetidos de miedo que duran varios minutos o más.
¿Cuáles son las causas del ataque de pánico?
Se desconoce la causa de los ataques de pánico o del trastorno de pánico pero estos factores pueden influir: la genética, un alto nivel de estrés, un carácter que es más sensible al estrés y proclive a las emociones negativas...
¿Qué le ocurre al cuerpo en un ataque de pánico?
Se producen síntomas físicos muy intensos como taquicardias, dificultad para respirar, hiperventilación pulmonar, temblores e incluso mareos.
¿Cómo reconocer un ataque de pánico?
Un ataque de pánico comienza con temblores o sudores, falta de aliento, taquicardias, miedo a perder el control o a la muerte...
¿Cómo controlar un ataque de pánico?
Algunos de los pasos que recomiendan muchos psicólogos son: respirar profundo, reconocer que estás teniendo un ataque de pánico, cerrar los ojos o encontrar un objeto de enfoque, practicar técnicas de relajación muscular, evadir la conciencia de esa situación que ha hecho que nuestro cuerpo entre en pánico...
Este video muestra como una chica tiene un ataque de pánico que dura diez minutos:
Y es que se estima que casi el 10% de la población mundial ha sufrido alguna vez un ataque de pánico. Ahora bien, el auténtico problema llega cuando esa experiencia aterradora se vuelve recurrente y, lo que es peor: imprevisible. Lo curioso de todo esto es que, a pesar de ser uno de los problemas psicológicos más comunes actualmente, es de los más desconocidos.
Nadie elige a capricho experimentar un ataque de pánico, nadie inventa esos miedos auténticos que atrapan, asfixian y que nos quitan el aliento hasta hacernos creer que vamos a morir, sin embargo, la incomprensión social tejida alrededor de estos trastornos intensifica aún más la sensación de angustia y, por supuesto, de soledad. Quien sufre un ataque de pánico no es débil ni está psicótico, tampoco necesita nuestra compasión, lo que merece es comprensión y, ante todo, ver estas situaciones de angustia como algo que todos nosotros podemos experimentar en alguna vez.
Por otra parte resulta casi reconfortante saber que todo esto tiene un origen muy claro en nuestro cerebro. Los científicos lo han llamado la “red del miedo” y explica que las personas que suelen padecer lo que el DSM-V define como “crisis de angustia o trastornos del pánico” tienen partes de sus cerebros con un tipo de actividad algo inusual.
Según un trabajo publicado en la revista “Molecular Psychiatry“, en el córtex cingulofrontal existe un tipo de red que controla nuestra percepción del miedo. Es en esta área donde se gestionan dimensiones como la interocepción o la autopercepción de la condición fisiológica de nuestro cuerpo.
¿Qué significa esto? Básicamente que en este trastorno nuestros mecanismos del miedo se “desregulan” hasta el punto de generar reacciones de auténtico pánico, aún cuando no haya un riesgo real. Esto es algo que deberíamos tener muy en cuenta para comprender mucho mejor esta realidad, que dista mucho de responder a los caprichos de quienes la padecen y que se sufre como la que más.
Por eso, hay que comenzar a normalizar este tipo de conductas ya que en algún momento también nos puede ocurrir a nosotros, hay que apoyar a la persona que lo sufre y aconsejarle ir a un profesional para que no sufra este problema en silencio por miedo al rechazo de la sociedad, pero para eso, habrá que mejorar la sociedad ¿no? Yo estoy dispuesta.
Muchas gracias por leerme :)
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